Creemos en el valor del tiempo y las manos que crean.
Cada pieza nace de un proceso lento y consciente, donde honramos técnicas heredadas y las reinterpretamos con sensibilidad contemporánea. No es solo tiempo invertido—es dedicación tangible: cada pieza requiere entre 6 y 12 horas de trabajo manual. Cada hebra, cada nudo, cada detalle es intencional.
Más que objetos, son historias que se llevan puestas.
Fusionamos técnicas tradicionales con precisión y cuidado. Cada pieza requiere tiempo, paciencia y una dedicación meticulosa al detalle.
El macramé que distingue nuestras colecciones se teje nudo a nudo, a mano, con la técnica que heredamos de generaciones anteriores.
No hay moldes. No hay máquinas. Solo manos y oficio.
Trabajamos con materiales orgánicos que dan vida a piezas de texturas suaves y diseño elegante. Yute mexicano, palma refinada, algodón natural—cada fibra se selecciona por su origen, calidad y carácter.
Garantizamos autenticidad en cada pieza.
Cada pieza nace en nuestro taller en Guanajuato, México, elaborada a mano con dedicación. Moda consciente desde el origen, con orgullo y raíces profundas.
Apoyamos el trabajo artesanal local y honramos las técnicas que nos definen como país.
